jueves, 22 de noviembre de 2007

EL GRITO QUE SE PLASMÓ EN EL ASFALTO

Un anciano que labró su moneda con el arte de la poesía y la tertulia. En su casa hay algo más que un espacio para dormir. Una sala de visitas hace la diferencia, pero no es una sala cualquiera, es un ágora que hasta hace unos meses estaba abierta al público y que hoy está casi enterrada en el barrio la Candelaria.

Unas piernas que expresan la lucha de los años y la repugnancia a la violencia. Sus ojos se iluminan ante la visita de sus nuevos pasajeros. Unas arrugadas palabras de tristeza por la injusticia y el vapor de su bebida celeste dán la bienvenida al lugar.

El Café-Bar “El Chibcha”, el terreno de Homero, es una reunión de recuerdos y de amigos, de poetas y de letras, de olor a tiempo y de ruidos de lucha. Las carcajadas tienen eco en el sitio que está concebido para el silencio, la concentración y el oído. Sus puertas cerradas indignamente al público no son muro para que la gente se acerque a saludarlo con la familiaridad que sólo puede darse a quien se estima.

Que es "uso inadecuado del suelo", dice la boca que apaga la luz bohemia de tántos años mientras que sus vecinos retumban en el licor que separa el verso de la cultura y los amigos de la tertulia.

La indiferencia congeló las palabras, el silencio gritó entre las calles y los sordos personajes del poder no se inmutaron, no temblaron y resolvieron condenar una forma de vivir, de compartir y de expresar más que ideas hechos y sentimientos.

Ella, él, nosotros, todos somos la cultura que se pisotea al sellar un establecimiento que propaga a la voz de tinto y aromática una prosa, la onda del viejo poeta y las ilustraciones de los grandes artistas que se encerraron para no ver la deslealtad que los quiere cegar.
foto Rodolfo Ramirez Soto reportajes gráficos El Tiempo.com

7 comentarios:

Carlos Correa dijo...

Sin comentarios

Admiración colega

trejos-comics dijo...

mmmj... FIGURO HACERLE REENGINIERIA AL NEGOCIO... SALUDITOS...

Mar dijo...

Hola Tatiana Visitándote, interesante lo que escribes.
Saluditos marineros desde México.

Marco dijo...

de mucha lástima que se pierdan espacios de ese estilo...

solo por complacer a unos pocos, pierden muchos.

1 saludo

Anónimo dijo...

Cuantos espacios que tienen una historia escrita a través del tiempo y las memorias no son cerrados de forma abrupta, mientras que ante otros que realmente si deberían ser cerrados muchos se les permite funcionar a su antojo.

saludos

Gallo Rojo dijo...

Pierde la historia, pierde la Colombia poética, intelectual y revolucionaria de los 70s, perdemos todos.

Jorge Mario Sánchez dijo...

¿Qué es eso que se está cocinando en la ciudad desde hace algunos meses? Amenazan con cerrar la mayoría de establecimientos que venden licor en La Candelaria; anuncian que, por idea de un chef, el barrio se volverá la "Zona C", y que van a traer restaurantes estrato 6. Perdón por mi vocabulario, ¿pero qué putas va a pasar con La Candelaria bohemia que conozco desde que llegué a Bogotá? ¿Van a empezar a desalojar a los hippies, marihuaneros, bohemios y metaleros para que venga la farándula del norte a pasarla rico? Los que vivimos en La Candelaria nos sentimos asqueados.